San Francisco, Estados Unidos.- El expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, ordenó este domingo la reapertura de la histórica prisión de Alcatraz, en la bahía de San Francisco, como parte de su estrategia para enfrentar la delincuencia y encerrar a los delincuentes más peligrosos, en especial aquellos vinculados a pandillas y crimen organizado. En una publicación, Trump hizo un llamado a “volver a encerrar a los criminales más peligrosos” en esta emblemática cárcel, mencionando que, en tiempos pasados, “no dudábamos en encarcelar a los criminales más peligrosos y mantenerlos alejados de cualquiera a quien pudiera hacer daño”.

Alcatraz, conocida por su aislamiento en una isla rocosa frente a la costa de San Francisco, fue inaugurada en 1934 y albergó a figuras criminales célebres como el infame Al Capone, jefe de la mafia durante la era de la prohibición de venta de alcohol en los años 20. A pesar de su tamaño reducido, con capacidad para 336 prisioneros, la prisión fue famosa por los intentos de fuga de los reclusos, especialmente tras la escapatoria de tres prisioneros en 1962, que inspiró la película “Fuga de Alcatraz” protagonizada por Clint Eastwood.

La propuesta de Trump se enmarca en su enfoque de mano dura contra los delitos, especialmente aquellos cometidos por migrantes. “No toleraremos más a estos delincuentes en serie que esparcen suciedad, derramamiento de sangre y caos en nuestras calles”, afirmó el expresidente, quien ha centrado gran parte de su discurso en su segundo mandato en la Casa Blanca en la represión del crimen, incluyendo la deportación sumaria de migrantes y el encarcelamiento en prisiones de alta seguridad.

Sin embargo, la propuesta de reabrir Alcatraz ha sido rechazada por varios sectores, incluyendo políticos de la región. La ex presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, calificó la idea como “no seria”, recordando que la prisión fue cerrada en 1963 debido a sus altos costos operativos y que, actualmente, Alcatraz es una importante atracción turística que recibe más de un millón de visitantes anualmente. Además, los costos de mantenimiento y restauración de la prisión serían de entre 3 y 5 millones de dólares. La propuesta también se encuentra en un contexto más amplio de medidas contra la delincuencia que incluyen polémicas prácticas como la detención y deportación de migrantes, algunas de las cuales han sido criticadas por violar los derechos humanos y el debido proceso.