Este jueves se llevó a cabo la segunda jornada del Cónclave en el Vaticano, con la expectativa de elegir al nuevo líder de la Iglesia Católica tras la renuncia del Papa Francisco. Durante el día están previstas cuatro votaciones, pero solo dos fumatas, lo que ha generado dudas sobre cómo funciona este proceso y cuál es la diferencia entre ambos términos.

¿Qué es una votación y qué es una fumata?

En el contexto del Cónclave, una votación es el acto en el que los cardenales electores depositan su voto secreto para elegir al nuevo Papa. Durante una jornada típica, se realizan dos votaciones por la mañana y dos por la tarde, para un total de cuatro intentos diarios.

En cambio, la fumata es la señal visual que se emite desde la chimenea de la Capilla Sixtina al término de cada sesión de votación. Esta señal indica el resultado acumulado de las dos votaciones hechas en ese bloque (mañana o tarde):

  • Fumata negra: no hubo consenso, el Papa aún no ha sido elegido.
  • Fumata blanca: se ha alcanzado el mínimo de dos tercios de los votos necesarios y hay un nuevo Papa.

Por lo tanto, la cantidad de fumatas no es igual a la de votaciones. En un día regular hay cuatro votaciones pero solo dos fumatas, una al final de cada sesión. Sin embargo, si el Papa es elegido en la primera votación de la mañana o de la tarde, la fumata se adelanta y se realiza inmediatamente, alrededor de las 10:30 o 17:30 horas, respectivamente.

¿Cómo transcurre una jornada típica?

Los cardenales se reúnen antes de las 08:00 horas en el Palacio Apostólico para la misa y las oraciones. A las 09:15 ingresan a la Capilla Sixtina para iniciar el proceso electoral. Al concluir las dos votaciones de la mañana, se prende la chimenea. El mismo proceso se repite en la tarde.

Este jueves, como no hubo elección en la primera votación matutina, la fumata negra fue emitida al final del bloque matinal. Se espera una segunda fumata al cierre de la tarde.

¿Cuándo se reanuda el proceso?

Si no hay elección este jueves, las votaciones continuarán el viernes en el mismo formato. El nuevo Pontífice será el número 267 en la historia de la Iglesia Católica.