San Salvador, El Salvador.- Cuatro legisladores demócratas estadounidenses que visitaron El Salvador se comprometieron este lunes a luchar por el retorno del migrante Kilmar Ábrego García, quien fue deportado por error desde Estados Unidos y permanece preso en una cárcel salvadoreña desde marzo.

Ábrego García fue expulsado el 16 de marzo junto a 238 venezolanos y otros 22 salvadoreños, tras ser acusado por el gobierno del presidente Donald Trump de pertenecer a organizaciones criminales, sin pruebas concretas.

“Vamos a luchar con todas nuestras fuerzas para asegurarnos de que él regrese a casa para tener el debido proceso”, declaró Maxwell Frost, representante por Florida, en una rueda de prensa desde San Salvador.

Los legisladores indicaron que el presidente salvadoreño Nayib Bukele rechazó su solicitud para reunirse con Ábrego García. “Queremos saber dónde está ahora y cuál es su condición. Su familia merece saberlo”, añadió Frost.

Reclamo diplomático y fallas en el proceso

La delegación, que también incluyó a los congresistas Yassamin Ansari (Arizona), Robert García (California) y Maxine Dexter (Oregón), se reunió con representantes de la embajada de Estados Unidos en San Salvador para solicitar apoyo en el caso.

“No hay razón para creer que nuestra administración, la administración Trump, esté haciendo algo para facilitar su regreso seguro a casa”, lamentó Ansari. Los legisladores viajaron acompañados por el abogado Chris Newman, representante legal de la madre y la esposa del migrante.

El gobierno de Estados Unidos reconoció que la deportación fue un “error administrativo”, pero argumenta que Ábrego García es miembro de la pandilla MS-13, lo que justifica su retención en El Salvador, país aliado de Trump en su política migratoria de mano dura.

Detención en condiciones extremas

Según el relato del propio Ábrego García al senador Chris Van Hollen —quien visitó el país la semana pasada—, inicialmente fue recluido en el Cecot, la megacárcel de máxima seguridad destinada a pandilleros. Posteriormente, fue trasladado a un centro penitenciario en el departamento de Santa Ana.

Una jueza federal en Estados Unidos, Paula Xinis, desestimó las pruebas presentadas por el gobierno de Trump contra Ábrego García. Señaló que se basan únicamente en su vestimenta (una gorra de los Chicago Bulls y una sudadera) y una acusación vaga de un informante, que lo vinculaba con la MS-13 en Nueva York, ciudad donde nunca residió.

Xinis ha solicitado a los gobiernos de Estados Unidos y El Salvador el retorno inmediato del migrante, originario de Maryland. Hasta el momento, ninguno de los dos ha aceptado asumir la responsabilidad del caso.