Nueva política migratoria en Europa

La Unión Europea planea abrir este martes una vía para que los países del bloque implementen centros de retorno de migrantes no aceptados. La medida responde a la presión de varios gobiernos para acelerar las deportaciones.

La Comisión Europea presentará una propuesta para reformar el sistema de retornos. Entre los cambios, se contempla ampliar los poderes de las autoridades nacionales para bloquear a los migrantes irregulares.

Los datos reflejan que menos del 20% de los migrantes con orden de retorno regresan realmente a su país de origen.

Una política de migración más estricta

“Para que cualquier sistema de gestión migratoria funcione, debe contar con una política efectiva en las devoluciones”, señala un borrador del proyecto al que AFP tuvo acceso.

El documento advierte que si las personas sin derecho a permanecer en la UE siguen en el bloque, se debilita todo el sistema de migración y asilo.

La presión sobre este tema ha favorecido el crecimiento de partidos de derecha, que han convertido la migración en un punto clave de sus agendas.

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Centros de retorno fuera del territorio de la UE

Impulsados por países como Suecia, Italia, Dinamarca y Países Bajos, los líderes de la UE pidieron en octubre una nueva normativa para acelerar las deportaciones.

El borrador propone que cada país pueda establecer centros de retorno fuera del territorio europeo, donde reunir a los migrantes antes de su traslado. Sin embargo, estos centros serían gestionados por cada país y no por la UE en conjunto.

Cada Estado miembro tendría que alcanzar acuerdos con naciones fuera de la UE para establecer estos centros.

Posturas divididas en el bloque europeo

El comisario europeo de Interior y Migración, Marcus Brunner, afirmó que las medidas buscan que los ciudadanos sientan que Europa tiene el control de la migración.

Sin embargo, expertos como Camille Le Coz, del Instituto Europeo de Política Migratoria, consideran que aún hay muchos vacíos en la propuesta, como la gestión y financiamiento de los centros.

Para que entre en vigor, la propuesta debe ser aprobada por el Parlamento Europeo y los Estados miembros. La discusión será compleja, ya que hay desacuerdos entre los 27 países.

España se opone por temor a violaciones a los derechos humanos, mientras que los países escandinavos y Países Bajos presionan para una pronta implementación.

“Hemos probado otros sistemas durante años y no funcionan“, declaró el ministro sueco de Migración, Johan Forssell.

Organizaciones como Amnistía Internacional advierten que los centros de retorno podrían generar problemas legales y humanitarios.

“Es posible que estos centros sean costosos y terminen vacíos o atrapados en litigios”, señaló Olivia Sundberg Diez.

Un caso similar ocurrió con la iniciativa de Italia, que intentó reunir migrantes en Albania, pero la medida quedó bloqueada en tribunales.

ONG como Picum alertan sobre el riesgo de más detenciones, la separación de familias y la deportación de personas a países que desconocen por completo.