Pekín endurece su postura en plena escalada comercial con Washington

Pekín, China — En una nueva muestra del deterioro de las relaciones económicas entre China y Estados Unidos, el gobierno chino anunció este miércoles que impondrá aranceles de hasta un 84% a los productos estadounidenses, en respuesta directa a las recientes medidas arancelarias tomadas por Washington.

El Ministerio de Comercio de China informó que “la tasa de aranceles aduaneros adicionales (…) se elevará del 34% al 84%” a partir del jueves a las 12h01 (hora local). Esta decisión llega apenas horas después de que entraran en vigor los nuevos aranceles estadounidenses a importaciones provenientes de casi 60 países, incluida China, donde el gravamen total asciende al 104%.

“La escalada arancelaria contra China por parte de Estados Unidos acumula errores encima de errores e infringe gravemente los derechos e intereses legítimos de China”, señaló el ministerio en un comunicado. También advirtió que estas medidas “socavan el sistema multilateral de comercio basado en normas”.

El nuevo paquete de aranceles chinos afectará principalmente a bienes manufacturados, maquinaria, tecnología y productos agrícolas estadounidenses, según fuentes cercanas al gobierno. Aunque aún no se ha publicado la lista detallada, el impacto se prevé significativo en sectores clave para la economía norteamericana.

El conflicto comercial entre ambas potencias, que parecía haber entrado en una etapa de distensión en los últimos años, vuelve así a escalar con medidas que podrían afectar al comercio global. Analistas advierten que el endurecimiento mutuo de aranceles podría generar efectos colaterales en mercados emergentes y en cadenas de suministro globales, especialmente en un momento de alta volatilidad económica.

¿Qué implica este movimiento?
Para muchos expertos, el anuncio de China marca un giro hacia una postura más agresiva en sus relaciones exteriores, coincidiendo con un contexto en el que Pekín busca consolidar alianzas alternativas y reducir su dependencia de los mercados occidentales. Mientras tanto, en Washington, las nuevas tarifas forman parte de una estrategia más amplia para presionar a sus rivales comerciales en un año electoral.