Brasilia, Brasil.- La Corte Suprema de Brasil condenó este miércoles a 14 años de prisión a Débora Rodrigues dos Santos, una peluquera de 39 años, por su participación en los disturbios ocurridos el 8 de enero de 2023, cuando seguidores del expresidente Jair Bolsonaro asaltaron las sedes de los tres poderes en Brasilia, una semana después de la toma de posesión de Luiz Inácio Lula da Silva.

Durante la jornada violenta, Rodrigues subió a una estatua de tres metros frente al Supremo Tribunal Federal (STF) —que representa a la justicia— y escribió con labial la frase “Perdeu, mané” (“Perdiste, tonto”), en referencia a un comentario que un juez hizo a un simpatizante de Bolsonaro tras su derrota electoral en 2022. La inscripción fue interpretada por sectores bolsonaristas como una prueba del supuesto apoyo del poder judicial a Lula.

La sentencia, efectiva desde la medianoche del martes, la responsabiliza por tentativa de golpe de Estado, abolición violenta del estado democrático de derecho y otros delitos. El juez Alexandre de Moraes, encargado del caso y blanco frecuente de críticas por parte del bolsonarismo, argumentó que Rodrigues “estaba indiscutiblemente alineada con la dinámica criminal” del ataque.

Rodrigues pasó dos años en prisión preventiva y actualmente cumple arresto domiciliario. En su defensa, alegó que su acto fue un error cometido “en el calor del momento” y afirmó estar arrepentida. Su condena fue decidida por mayoría en la primera sala del STF, el pasado 26 de abril.

El expresidente Jair Bolsonaro calificó la pena como “inhumana”, mientras que sectores de derecha la presentan como una madre trabajadora víctima de un castigo desproporcionado. Su labial ha sido convertido en símbolo de la campaña por una amnistía para los condenados por los disturbios, que ya suman casi 500 personas.

En contraste, figuras de izquierda aseguran que la defensa de Rodrigues forma parte de una estrategia para proteger al propio Bolsonaro, quien enfrentará juicio por su presunto papel en el intento de golpe y podría recibir una pena de hasta 40 años de cárcel.

La condena se anunció el mismo día en que simpatizantes del bolsonarismo convocaron una nueva manifestación en Brasilia para exigir la liberación de los detenidos por los disturbios.